Dijo que el gobierno dominicano reitera su más enérgico llamado a la comunidad internacional a asumir su responsabilidad frente a la crisis sin precedentes que se vive en Haití
Permítanme iniciar estas palabras agradeciendo a mi buen amigo el presidente de Guyana, Irfaan Alí, por concederme el honor de ser el primer presidente de República Dominicana en participar en la reunión del Consejo de Seguridad, presidida por su país en este mes de febrero.
En mi intervención, subrayé que el cambio climático y la
seguridad alimentaria están intrínsecamente conectados y que no es
posible aborda uno sin prestar la debida atención al otro, y más aún
cuando esto ocurre en situaciones de conflictos armados.
También
enfaticé sobre la alta vulnerabilidad de los pequeños Estados insulares
en desarrollo, y la urgencia de actuar y encarar de manera responsable y
coordinada acciones que nos lleven a mitigar los efectos devastadores
que estamos viviendo.
La comunidad internacional no puede
permanecer indiferente frente a las emergencias humanitarias que se han
desatado y acumulado en estos últimos años. En particular, quisiera
resaltar la situación en Haití, donde el Programa Mundial de Alimentos
(PMA) estima que casi la mitad de la población, alrededor de 5 millones
de personas, padecen de inseguridad alimentaria aguda, en gran medida
por la violencia terrorista y la falta de institucionalidad democrática.
Desde
septiembre de 2021, nuestro gobierno viene denunciando, ante diversos
órganos de las Naciones Unidas, el deterioro continuo de las condiciones
sociales en Haití.
Lamentablemente, la grave situación en el vecino país no ha sido atendicon la urgencia y contundencia que ameritan.
El
resultado es que hoy, Haití con gran parte de su territorio controlado
por bandas criminales, se encuentra al borde de una guerra civil. A esto
se suma un ingrediente de mayor desestabilización, generado por grupos
paramilitares y políticos que pretenden presentarse como redentores ante
un país que anhela seguridad, alimentos y paz.
El Presidente
Ruto de Kenia ha reiterado la decisión de que su país lidere esamisión y
otros países han expresado su disposición de contribuir con efectivos
para el éxito de la misma, lo cual agradecemos.
En este sentido,
el gobierno dominicano reitera su más enérgico llamado a la comunidad
internacional a asumir su responsabilidad frente a la crisis sin
precedentes que se vive en Haití. Uno de los principales obstáculos para
completar esta misión es el económico. La comunidad internacional debe
facilitar el dinero tantas veces prometido y debe hacerlo ahora. Es
preciso dotar de todas las herramientas y recursos necesarios a la
Misión Multinacional de Apoyo lo antes posible.
República Dominicana no da a Haití lo que le sobra, sino que aporta lo que le falta.
El tiempo de las promesas ha terminado. A partir de hoy entramos en el momento de las realizaciones. El dinero aparece ahora o el colapso de Haití será irreversible. Ese colapso sería una amenaza para nosotros y la región.
Por eso quiero hoy advertirle a la Comunidad internacional que la
República Dominicana luchará con todas sus fuerzas para evitar ser
arrastrada al mismo abismo que Haití. Nuestra consigna, de hoy en
adelante, será: ¡O luchamos juntos para salvar a Haití o lucharemos
solos para proteger la patria dominicana!
Nos vemos obligados a
dar este paso ante el giro que ha dado la situación interna de Haití con
la entrada de nuevos actores paramilitares, que agravan aún más el
conflicto existente.
Hago un llamado a los países que, como
República Dominicana, se han caracterizado por su vocación de
cooperación y solidaridad, para que asuman mayor responsabilidad en este
asunto y saquemos adelante la Misión Multinacional.
Evitemos que
Haití termine arrasado por el caos y la anarquía; no permitamos que la
crisis que allí se vive se expanda por toda la región.
La comunidad internacional no puede permitir que la tragedia haitiana continúe ni un día más.
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