Una dieta saludable se basa en qué comes, pero también en cuándo lo comes.
De
hecho, recientes estudios señalan que un horario estables de comida es
uno de los factores que nos protegen de muchas enfermedades.
Las personas que comen a distintas horas cada día tienen mayor presión arterial y un mayor índice de masa corporal.
Una
alimentación desordenada predispone a sufrir obesidad, diabetes o, por
ejemplo, enfermedades de corazón o distintos tipos de cáncer.
El
apetito, la digestión, la metabolización de la grasa, el colesterol y
la glucosa parecen estar vinculados a ritmos circadianos. Debido a un
patrón que se repite cada veinticuatro horas.
Además,
comer siempre a la misma hora suele ir aparejado a una planificación de
la dieta, lo que supone, en un menor o mayor grado, un cierto control
de la cantidad de calorías que se ingieren.
Cuando comes de manera desordenada, en lugar de seguir un horario regular, tu metabolismo se des equilibra , Por
ejemplo, cuando desayunas a las siete de la mañana un día y al
siguiente a las once, el cuerpo no sabe cuándo va a recibir la siguiente
ingestión y eso condiciona todos los procesos que se repiten
cíclicamente en él.
Esto
causa la secreción de la hormona del estrés llamada cortisol. Los altos
niveles de cortisol conducen a picos de insulina, que causa inflamación
y puede aumentar el riesgo de muchos cánceres. Según crearsalud.
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