Donald Trump se convirtió este miércoles en el primer
presidente de Estados Unidos en ser sometidos dos veces a juicio
político, luego de que la Cámara de Representantes votara a favor de la
acusación de que incitó a asaltar el Capitolio una semana atrás. La
decisión final estará ahora en manos del Senado, que dará inicio al
proceso.
Los demócratas, con mayoría en la Cámara Baja, fundamentaron la
acusación al mandatario del cargo de “incitación a la insurrección” y
lograron aprobar la Resolución 24 de “juicio político a Donald Trump,
presidente de los Estados Unidos, por altos crímenes y delitos menores”
por 232 votos (incluyendo 10 de legisladores republicanos) contra 197 en
contra de parte del partido de Trump.
La votación se desarrolló en medio de un enorme despliegue policial que
contó con más de 10.000 efectivos de la Guardia Nacional, y vallas en
torno al Capitolio, con el objetivo de evitar las escenas de la caótica
jornada del pasado miércoles que dieron la vuelta al mundo.
El voto contó con el respaldo de toda la bancada demócrata, y 10
legisladores republicanos que se sumaron a la iniciativa: entre ellos
Adam Kizinger, congresista de Illinois; Liz Cheney, congresista de
Wyoming; John Katko, de Nueva York; y Fred Upton, por Michigan.
La republicana Marjorie Taylor Greene en el debate contra el juicio político al presidente Donald Trump (REUTERS/Joshua Roberts)
La presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi,
aseguró al inicio del debate que Trump es “una amenaza vital para la
libertad y el Estado de Derecho”.
“Sabemos que el presidente de los Estados Unidos incitó la insurrección
[ocurrida el 6 de enero en el Capitolio], la rebelión armada contra
nuestro país. Debe irse. Es un claro y actual peligro a la nación que
todos amamos”, agregó.
En tanto el líder de la minoría republicana en la misma cámara, Kevin
McCarthy, señaló durante su tiempo que realizar un juicio político en
tan poco tiempo “sería un error” que “dividirá aún más a la nación”,
considerando que el 20 de enero culminará el mandato de Trump y asumirá
el presidente electo Joe Biden.
McCarthy también aseguró, sin embargo, que Trump “tiene responsabilidad”
por el asalto violento al Capitolio. “Debió denunciar inmediatamente a
la muchedumbre violenta cuando vio lo que estaba ocurriendo, estos
hechos requerína de acciones del presidente Trump”, agregó. “Por eso
creo que una comisión investigadora y una resolución de censura [una
proclamación formal desaprobación de parte de los legisladores] serían
las acciones prudentes del Congreso. Desafortunadamente, no es lo que
estamos haciendo hoy”, concluyó.
El proceso iniciado en la Cámara Baja promete obligar al Senado a
someter a Trump a un juicio político que se desarrollará cuando el
presidente electo, el demócrata Joe Biden, ya esté en el poder, y que
por tanto no tendrá como principal objetivo la destitución del
mandatario sino su posible inhabilitación para ejercer futuros cargos
políticos.
Por su lado, Trump rompió este martes su silencio tras el asalto al
Capitolio al calificar el nuevo juicio político como algo “absolutamente
ridículo” y “una continuación de la mayor caza de brujas de la historia
de la política”.
Estados Unidos vive unos momentos de tensión política sin precedentes
recientes a menos de una semana de que se lleve a cabo la ceremonia
formal de traspaso de poder, prevista para el 20 de enero, en la que
Biden asumirá la Presidencia.
El procedimiento del juicio político
La Constitución de los Estados Unidos prevé que el Congreso puede
destituir al presidente (o al vice o a los jueces federales) en caso de
“traición, corrupción u otros crímenes y delitos importantes”.
Primero, la Cámara de Representantes investiga y vota, por mayoría
simple (218 votos en 435), los artículos de acusación que detallan los
hechos que se le reprochan al presidente, procedimiento que se conoce
como “impeachment” en inglés.
En caso de que el presidente sea formalmente acusado, el Senado inicia el juicio político.
Al término de los debates, los 100 senadores se pronuncian sobre cada
artículo de la acusación. Se requiere una mayoría de dos tercios para
condenar al presidente. En caso de aprobarse, la destitución es
automática e irreversible. Si no se llega a los votos necesarios, el
mandatario es declarado inocente.
Los senadores pueden votar después, con una mayoría simple, otras penas, como la prohibición de presentarse a un nuevo mandato.
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